TRADUCCIÓN
Poemas de Ivo Barroso y de Osvaldo André de Mello
Ivo do Nascimento Barroso, conocido como Ivo Barroso (Ervália, 25 de diciembre de 1929) es un escritor, poeta y traductor brasilero. Reside en Rio desde 1945, se formó en Derecho en la "Universidade da Guanabara", y en Lenguas y Literaturas Neolatinas en la Faculdade Nacional do Rio de Janeiro".
Desde joven comenzó a traducir poesía, y se relacionó con el movimento concretista, y fue editor adjunto del Suplemento Literário do Jornal do Brasil. Entre 1968 y 1970, vivió en Holanda, donde comenzó a traducir los Sonetos de Shakespeare. En Portugal de 1973 a 1978, redactor en jefe de la revista Seleções do Reader's Digest y comenzó a traducir toda la obra poética de Rimbaud. En Inglaterra entre 1983 e 1984, se dedicó a la poesía de T. S. Eliot.
Publicó los libros de poemas "Nau dos náufragos" (1982) y "Visitações de Alcipe" (1991) en Portugal, y "A caça virtual e outros poemas" (2001) en Brasil. Editó los libros "Poesia e prosa", de Charles Baudelaire (1995) y "À margem das traduções", de Agenor Soares de Moura (2003). Luego escribió "O Corvo e suas traduções" (2000), sobre la obra de Poe, y "Poesia ensinada aos jovens" (2010).
Además de los ya mencionados, tradujo al portugués a Eugenio Montale ("Diário póstumo"), André Breton ("Nadja"), André Gide ("A volta do filho pródigo"), André Malraux ("A condição humana"), August Strindberg ("Inferno"), Georges Perec ("Vida, modo de usar", "A coleção particular" "Viagem de inverno"), Hermann Hesse ("O Lobo da Estepe", "Demian"), Italo Calvino ("Seis propostas para o próximo milênio", "O castelo dos destinos cruzados", "As cosmicômicas", "Palomar"), Italo Svevo ("A consciência de Zeno", "Senilidade", "A novela do bom velho e da bela mocinha"), Jane Austen ("Razão e Sentimento", "Emma"), Marguerite Yourcenar ("Golpe de misericórdia", "O denário do sonho", "O tempo, esse grande escultor"), Nikos Kazantzakis ("Ascese"), Romain Rolland ("Colas Breugnon"), Shel Silverstein ("Uma girafa e tanto", infantil) e Umberto Eco ("O pêndulo de Foucault").
Poemas de Ivo Barroso traducidos por Osvaldo Picardo
FORMA Y FONDO
Un poema precisa ser
algo más que el simple
desarrollo de la elipse
ascendiendo en un huso
achatado.
Si sube
(y es bueno que suba),
deberá desenrrollarse
de sí mismo,
multiplicar el impulso inicial
y acelerar el empuje de la subida.
Inútil, aún,
si en esa forma de hélice
despetalada en sonidos
y sílabas,
no tuviera allá adentro
el combustible de la sangre
que atestigue su
condición humana.
DESPOJAMIENTO
Eliminé el exceso de paisaje
simplifiqué toda decoración
retiré cuadros flores ornamentos
apagué velas copas mantelitos
y la música
Expulsé la inutilidad del discurso
En la mesa de madera
desnuda
apenas dos platos blancos
sin cubiertos
El banquete será tu presencia.
VIDA
Los chicos parlotean en el playground
una hormiga escala el himalaya de un vaso
el maiteno ostenta la perplejidad de
sus hojas bífidas
el mármol de la ventana espera otro millón
de años
yo escribo
CONTEMPLACIÓN DE LA LLUVIA
Ya fui poeta y escribí versos de amor.
Hoy contemplo la lluvia y espero la llegada del correo.
Es cierto que los años alteran muchas cosas,
pero no es sólo la edad, el desgaste del exterior;
algo más hondo nos envejece también el alma
que contempla el vacío y no espera salvación.
Creí en dioses , pensé que escribir
era mi aventura, mi barco embriagado,
pero el viaje de vuelta era siempre conciente
de que no existe un destino a perseguir.
Debía haber algún saldo positivo,
un libro de versos, momentos de claridad,
el goce de los paisajes y de las mesas estrelladas,
pero sólo tengo resentimientos y tristes recuerdos.
No puedo disimular un mensaje de esperanza,
tampoco sabiendo que la lluvia va a pasar,
que tal vez mañana llegue una carta.
Osvaldo André de Mello nació en Divinópolis (Minas Gerais), el 30 de agosto de 1950. Graduado en Letras (Português/Inglês) y especializado en Literatura Brasilera y en Linguística Aplicada.
Entre sus obras poéticas, podemos mencionar “A palavra inicial” de 1969; “Revelação do acontecimento” de 1974; “Cantos para flauta e pássaro” de 1983; “Ilustrações” de 1996; “Meditação da carne” de 1997; “As mesmas palavras” de 2012; “Lua Nova” de 2014.
Fue un actor importante en gestión cultural del municipio de Divinópolis, ocupando diversos cargos.
Desde joven el autor obtuvo elogios de importantes nombres como Carlos Drummond de Andrade, Bueno de Rivera, Henriqueta Lisboa, Osman Lins, entre otros, a la par del reconocimiento crítico. Se formó y se reveló en el contexto poético de efervescencia de las vanguardias brasileñas de los 50, en la “encruzilhada modernista” de la época. Como afirma Helton Gonçalves de Souza, es también y originalmente “una poesía crítica”.
El mismo poeta, explicando el título de su libro “Lua Nova”, afirmaba que "ningún observatorio en el mundo tiene la foto de la Luna en la fase nueva y una de las características de mi poesía es justamente el misterio que está detrás de las cosas: lo invisible".
Poemas De Osvaldo André De Mello traducido por O.Picardo
BUENO DE RIVERA AMABA LAS NUBES,
Bueno de Rivera amaba las nubes,
las manchas de la madera, las filtraciones
en las paredes, las rayaduras, en fin
la plasticidad de esos elementos,
que, en cierta configuración temporal,
le permitía dibujar, o mejor encontrar
seres imaginarios. Bueno de Rivera me preguntó
sobre esas cosas. Le conté que conocía la raya
en la puerta de un baño, con la pintura desconchada.
Así el regalo de la poesía se manifiesta
-concluyó- antes de la palabra.
LA ACTRIZ
La intimidad conquistada con el personaje
de Irma Nogueira, día a día y hace más de una década,
impidió percibir el hallazgo del espacio escénico
de la actriz que se expande en olas,
ahogando de placer al espectador, ambos tomados de las manos,
las mangas arremangadas, construyendo la verdad del teatro.
No se dio cuenta que, mientras buscaba estofas distintas,
lo que al personaje le agregaba, éste se lo devolvía
hasta la médula –donde vivían los recursos histriónicos,
las sutilezas de las raíces dramáticas, la locura diaria y la humildad
con que ofrece dionisíacamente el cuerpo, a las invisibles personas
con quienes dialoga y comparte el escenario,
esta generosa luz corporal que necesitan para vivir.
EL BRUJO
Os Sertòes inscribió a Euclides da Cunha
en la categoría de gran brujo de la humanidad.
El aludido texto, crepitante, sumaba la poética
de todas las referencias originales y recogía
las imágenes insólitas de la narrativa: el soldado
y los caballos muertos en la batalla, momificados,
en el sertón; los enormes árboles enterrados
de las matas surgen al sol los gajos de los frutales;
la inteligente sociedad de solidarias especies…
Oh Lector, de a poco, así, avanza, se interna
en la guerra, hasta comerse los ojos de aquella
extraña cabeza arrancada de Antonio Conselheiro.
El texto euclidiano cintila de tal manera que apenas
una frase ostenta un manojo de luces abiertas
en todos los sentidos. Para saborearlo basta suponer
que es un vino de Oporto: extremo placer de cálices
de cristal. Os Sertòes se apodera de la memoria
y para siempre enciende de emoción la piel
del lector. No hay cómo desleer, no hay cómo apagar,
no hay cómo abandonar tal brujería de lenguaje.