LOS PRIMEROS 20 AÑOS DE LA PECERA
por Santiago Sylvester
Raúl Gustavo Aguirre decía, usando una imagen bélica, que las revistas literarias son como la caballería ligera, en el sentido de que se anticipan, llegan con las primicias, con lo que tal vez no esté terminado, con lo que guardan los cajones en estado de expectativa. Los libros, en cambio, la artillería pesada, suelen mostrar un trabajo ya terminado, que posiblemente ha sido corregido varias veces. Detectaba así que las revistas trabajan con la más absoluta actualidad, casi con lo que está viniendo; y en este sentido, la época bulle más en las revistas, está expuesta más en crudo, con lo provisorio que se admite en esa ebullición.
La Pecera ha servido de antena para percibir la época en la que vivimos, y esto se advierte tanto en las muestras de creación literaria, como en la reflexión que ha ido presentando, ágil, fundada, y con propuestas novedosas en distintas ramas del conocimiento. Y es interesante señalar que también se anticipó en algo que hoy es una redundancia: el rumbo cibernético que estaba tomando la difusión cultural. Advirtió que, con las nuevas tecnologías, la distancia puede ser cercanía y la velocidad es una posibilidad.
A estas razones hay que sumar la calidad de sus selecciones y la amplitud de su criterio; de modo que recorriendo sus páginas percibimos una buena muestra de lo contemporáneo; que es como decir que hacemos un recorrido por la época. Y entonces acierta aquella imagen de la caballería ligera, con su eficacia y sus novedades, y se vuelve evidente que fueron 20 años que cumplieron bien su tarea.
Como lector, felicito a su director y a sus colaboradores, y sólo espero que La Pecera siga cumpliendo años y cumpliendo con su misión.