

H. A. Giroux explica que la crueldad parece ser el principio organizador central de la política hoy.
J.L. Borges
y
una Guía de la Maledicencia Literaria
El siguiente texto fue publicado en el periódico mexicano Milenio . Traducción de María Teresa Meneses, con arreglos para La Pecera, por O. Picardo.
La charla que publicamos entre estos dos grandes intelectuales está dedicada al fenómeno de la estupidez, la imbecilidad y la idiotez -una difícil e imposible traducción de la palabra francesa “bêtise”-cuyas consecuencias mantienen siempre, una insuperable actualidad. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.
La Pecera traduce por primera vez al castellano algunos poemas de Cattaneo Martini (Gallarate, Italia, 1981). Stefano Raimondi ha dicho: " Nos obliga a ver y escuchar imágenes impactantes y aterradoras mientras lo seguimos en su agotador y auténtico "viaje", entre quienes fueron rechazados, quienes abrigaron esperanzas y quienes imaginaron "intentos humanos" de supervivencia: de empezar de nuevo. Migrantes, refugiados, fugitivos son las palabras clave de una plétora de "seres vivos" con rasgos humanos, pero destinos insomnes y plagados de pesadillas. Aquí, la palabra es una cartografía del dolor; aquí, las palabras, en su poética concreción, se "dicen" desde el escándalo, el odio y el miedo, nunca por noticias, curiosidad o sentimentalismo.Los acontecimientos narrados son fruto de una larga dedicación del poeta, quien, tras un largo aprendizaje entre los escritos de otros (es un excelente traductor del español), ha aprendido a seguir y mantener su voz principal: la de la poesía".
(Trad. O. Picardo)
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El Arte de Injuriar
JORGE LUIS BORGES
TIEMPO DE ODIO
Antología: Introducción y selección de Osvaldo Picardo
(libre de I.A.)
No debe de ser necesario aclarar que la presencia de los tópicos literarios del amor y del odio -el Odi et amo de Catulo, o el Nec tecum nec sine te de Ovidio-- pueden encontrarse en tangos de Enrique Santos Discépolo o en letras de Charly García, tanto como en variedad de poetas y narradores contemporáneos. Pero al contrario del tópico del amor, el del odio tiene menos visibilidad, aunque no sea por eso menos inquietante e importante en la literatura como en la vida social de todas las épocas.
Hay muchas palabras para las emociones que el odio o el amor producen. Palabras con las que se confunden con tristeza, alegría, ira, crueldad, piedad, celos, envidia, asco, pena, lástima, etc. Cada palabra encubre o descubre –según el tratamiento discursivo- relaciones entre sí que son causas, conceptos y valores complicados entre lo político y lo moral. Por eso no es fácil deslindar el odio del amor ni establecer una definición que carezca de dudas razonables. La literatura nos ofrece una de las más hondas indagaciones sobre estos dos inmensos sentimientos humanos, demasiado humanos.
Este es el hilo de Ariadna que me permite adentrarme, con la grata compañía del lector de esta breve antología, en el laberinto donde reina lo divino y lo bestial de nosotros mismos.
