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El siguiente texto fue publicado en el periódico mexicano Milenio . Traducción de María Teresa Meneses, con arreglos para La Pecera, por O. Picardo.

La charla que publicamos entre estos dos grandes intelectuales está dedicada al fenómeno de la estupidez, la imbecilidad y la idiotez -una difícil e imposible traducción de la palabra francesa “bêtise”-cuyas consecuencias mantienen siempre, una insuperable actualidad. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.

TIEMPO DE ODIO

Antología: Introducción y selección de Osvaldo Picardo

(libre de I.A.)

 

No debe de ser necesario aclarar que la presencia de los tópicos literarios del amor y del odio -el Odi et amo de Catulo, o el Nec tecum nec sine te de Ovidio-- pueden encontrarse en tangos de Enrique Santos Discépolo o en letras de Charly García, tanto como en variedad de poetas y narradores contemporáneos.  Pero al contrario del tópico del amor, el del odio tiene menos visibilidad, aunque no sea por eso menos inquietante e importante en la literatura como en la vida social de todas las épocas.

Hay muchas palabras para las emociones que el odio o el amor producen. Palabras con las que se confunden con tristeza, alegría, ira, crueldad, piedad, celos, envidia, asco, pena, lástima, etc. Cada palabra encubre o descubre –según el tratamiento discursivo-  relaciones entre sí que son causas, conceptos y valores complicados entre lo político y lo moral. Por eso no es fácil deslindar el odio del amor ni establecer una definición que carezca de dudas razonables. La literatura nos ofrece una de las más hondas indagaciones sobre estos dos inmensos sentimientos humanos, demasiado humanos.

Este es el hilo de Ariadna que me permite adentrarme, con la grata compañía del lector de esta breve antología, en el laberinto donde reina lo divino y lo bestial de nosotros mismos. 

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